La muerte súbita representa un riesgo para la vida de muchas personas ya que todos estamos expuestos si tenemos los factores predisponentes como una alteración cardiaca estructural, un trastorno de la conducción eléctrica cardiaca o factores hereditarios. Por eso son indispensables la valoración cardiológica, el ecocardiograma y la evaluación electrocardiografica, para definir si estamos a riesgo de padecer este evento catastrófico.